Gráfica Combate de Quilo 1814 |
O’HIGGINS ORDENA ABRIRSE PASO
Tal como hemos detallado con anterioridad, al llegar a la localidad de Coyanco, al general O’Higgins se le presentaban dos alternativas de ruta hacia Membrillar, la del Roble y la de Ranquil, optando el jefe patriota por esta última, por ser mas corta y directa; no obstante, para intentar engañar a las guerrillas realistas de la zona, hizo correr la voz de que avanzaría por el camino del Roble, para lo cual dispuso además que una partida de 25 fusileros se adentrara por dicho trayecto, ejecutara varias descargas sobre el camino, a modo de dar la alerta de avance, y regresara luego para marchar a retaguardia por el camino de Ranquil, junto al resto del ejército.A pesar de correr el riesgo de verse enfrentado al grueso del ejército realista, el general O’Higgins jamás vaciló en avanzar, y emprendió su marcha, aún a costa de tener que abrirse paso ante fuerzas muy superiores. El clérigo Casimiro Albano, como testigo presencial y cronista de estos hechos, señala en su memoria histórica que: “Colocado nuestro héroe en tan triste situación emprende su marcha en busca del enemigo con un puñado de hombres desnudos, sin víveres y escasos de municiones, pero les habia inspirado su valor y enseñado también con el ejemplo, que el valiente no necesita pólvora cuando lleva bayoneta.”
A las 11:00 A.M. del día 19 de marzo, el general O’Higgins avista a las tropas de Barañao, posicionadas convenientemente en las alturas de Quilo, obstruyendo todos los accesos de la ruta; ante lo cual se aprestó de inmediato a disponer el ataque a las posiciones enemigas. Para esos efectos, el prócer chileno tomó la criteriosa decisión de realizar una operación de ataque combinada, a efectos de ejecutar una ofensiva envolvente, planificando una arremetida por el centro y los flancos. Para implementar esto último, hizo avanzar con el máximo sigilo por los bosques que rodeaban la loma, a sus tropas más experimentadas, que si bien en el papel eran fuerzas de caballería, la escases de equinos más las circunstancias del terreno, las haría combatir desmontadas en esta ocasión. De esta forma, repartidas bajo la dirección de los oficiales José María Benavente (Husares de la Gran Guardia), Ramón Freire (Dragones de Concepción), más el apoyo del oficial Pablo Vargas (dirigiendo 40 granaderos de infantería), avanzaron en ataque por las boscosas cerranías. Por otra parte, el propio O’Higgins, secundado por los comandantes Rafael de la Sotta y Enrique Campino, se encargó de emprender el ataque frontal, avanzando con un grueso contingente, apoyados por 3 piezas de artillería; dejando la reserva a cargo del comandante Francisco Calderón.
A su vez, el monarquista Barañao quien había dado aviso oportunamente al brigadier Gaínza, se aprestaba a resistir y sostener a todo trance su posición, obstruyendo el avance del insurgente republicano O’Higgins, hasta recibir el apoyo del resto del ejército realista en la zona, tal como lo había planeadooriginalmente su comandante en jefe...
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